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Renacer.

Seúl.

Después del encuentro tan desagradable con Minhyun, Jungkook llegó a la mansión de los Jeon, y a su encuentro llegó Taehyung.

—¡Jungkook! Que alegría verte, te extrañé muchísimo —dijo el rubio abrazándolo fraternalmente.

—¡Me alegra que estés aquí! Me sentía como perdido sin mi cómplice favorito.

—¿Ya pensaste que broma le pondremos a Jungwon esta vez?

—Bueno... La verdad es que no he tenido tiempo, creo que no tengo ánimos para esas bromas infantiles que hacemos cada año.

Taehyung no le dijo nada, ni le cuestionó su indiferencia tampoco, le acarició la mejilla en señal de apoyo, pensando en que tanto en realidad estaba afectado por su rompimiento con Jimin. En esos momentos llegó Jungwon.

—¡Muchachos! ¡Qué alegría de verlos juntos!

—¿Sucede algo en especial, Jungwon? — preguntó curioso Taehyung.

—Nada en especial, solo me quería adelantar a los acontecimientos.

—¿De qué hablas, Jungwonie? —dijo bromeando Jungkook.

—Así solo me dice Seungmin.

Sin decir nada más, Jungwon dio una señal al aire y dos sirvientes salieron de quién sabe dónde, bañando a Taehyung y a Jungkook de harina completamente, apenas se recuperaban del susto, cuando los mismos sirvientes los mojaron con agua fría.

—Esto es por lo del año pasado —dijo Jungwon con una sonrisa de oreja a oreja—. Y también una advertencia, si me vuelven a hacer otra "bromita", se atienen a las consecuencias, a ver quién gana.

Sin más, dejó a los primos tiritando de frío, tratando de quitarse la mezcla pegajosa de su cuerpo.

✧✦✧

Después de darse una buena ducha, Jungkook comenzaba el ritual que más disfrutaba: el vestirse para la ocasión. Escogió un traje azul oscuro, camisa blanquísima, los zapatos nuevos, retocó su cabello rubio cenizo y aspiró el aroma que emanaba, no muy cargado, pero tampoco que pase desapercibido. Bajó las escaleras y se reunió con Taehyung y Jungwon que lo esperaban en la sala.

—Parece que llego demorado, pero la bromita de Jungwon me tomo más tiempo en el baño.

—Eso es mentira —respondió afanoso su hermano—. Tú siempre te tardas lo mismo en cualquier circunstancia.

—Eso es verdad —segundó Seungmin quien acompañaba a su novio—. Creo que te tardas más que una mujer.

Los cuatro reían y se bromeaban uno al otro, cuando tocaron a la puerta. Segundos más tarde entraron los hermanos Jeon.

—Parece que la fiesta ya comenzó aquí —tronó la voz de Minhyun para hacerse notar—. Pero nosotros ya llegamos para mejorarla.

—¡Jungwon que alegría verte! —con voz melosa, Yeji se colgó del brazo de Jungwon, del cual no quiso separarse en la siguiente hora, pese a que Seungmin estaba a su lado, sintiéndose incómodo.

El ambiente fue así por varios minutos hasta que llegó la abuela Misook y los señores Jeon, padres de Yeji y Minhyun, lo cual la obligó a comportarse un poco más recatada. Después de un rato de charla la abuela Misook anunció la cena, algo que cayó de la gracia de todos, porque el ambiente estaba muy tenso y aburrido.

Ocho personas alrededor de una gran mesa, ocho personas degustando un gran banquete, ocho personas en su mundo individual, ocho personas y solo se escuchaba el uso de los cubiertos.

—Jungwon —la voz de Yeji rompió el silencio, que hasta la abuela Misook se sobresaltó—. Después de la cena me gustaría hablar contigo.

—Estoy a tus órdenes, Yeji.

—No creo que la ocasión sea la adecuada para tus peticiones Yeji, ¿por qué no esperas a que Jungwon termine sus vacaciones y regrese a su oficina? —intervino Jungkook.

—Es algo personal, que no te incumbe y que requiere de prioridad en atención.

—¿Personal y prioridad? Mmm... a mí me huele a líos de Minhyun.

—¡No hables así de mi hijo! —bramó su tío, el señor Jeon y todos comenzaron a lanzarse reproches.

La abuela Misook pidió las sales, Taehyung y Seungmin no sabían a quién atender, si a la abuela Misook o a la señora Jeon que estaba por caerse de la silla. Jungwon trató de calmar la situación, pero al no lograrlo, gritó sobre encima de todas las voces.

—¡Silencio todos! —al sonido de su voz los ánimos se calmaron—. ¿Qué es esto?... ¿Una jauría de perros?

—¡Jungkook empezó todo!

—¡A callar! —volvió a exigir orden—. Ya es suficiente con la poca tolerancia que nos tenemos, como para ahora comenzar con los insultos. Señor Jeon, usted es un adulto y sabe que así no se soluciona nada... en cuanto mis primos, es hora de que empiecen a madurar, es la última vez que se insultan como chiquillos malcriados, sino quieren que los corra de esta casa, aunque sean de la familia.

—¿No hablarás en serio, Jungwon? —protestó el señor Jeon—. Tenemos derecho de estar aquí.

—No si eso implica romper la tranquilidad de la abuela Misook, ¡mírala! Está a punto de sufrir un colapso.

—Creo que mejor nos retiramos —habló por fin su tía, la señora Jeon, y dicho esto, su familia la siguió hacia la salida.

En cuanto salieron Jungwon miró a Jungkook como lo haría con un niño pequeño que ha sido descubierto en una travesura.

—Jungkook, pensé que eras más inteligente, no debes atacar a Minhyun ni Yeji sin pruebas.

—¡Por Dios! Solo pregúntale a Minhyun que es un balance y te dirá que es un bar de mala muerte. ¿Qué más pruebas quieres de su ignorancia?

—Creo que llevaré a la abuela Misook a su habitación, Seung acompáñame —habló Taehyung al sentirse en medio de un fuego cruzado junto con Seungmin, se llevaron a la abuela Misook lo más pronto posible, lejos de aquella discusión.

—Jungkook, no sea imprudente. Si quieres llegar a algún día a manejar todo esto —dijo señalándole la mansión—. Tendrás que ser paciente y prudente, sino, se aprovecharán de ti y te comerán vivo, hasta los idiotas como Minhyun.

—¡Es que no soporto que sean tan hipócritas!

—¡Pues no ganarás nada si pierdes la cabeza! —Jungwon exhaló y habló con más calma—. Iré a ver a la abuela Misook.

Jungwon salió del comedor dejando a Jungkook digiriendo sus palabras. Ahí, en medio del comedor, observó el banquete a medio comer y sin pensarlo dirigió su mirada hacia una silla en especial, una silla que ahora estaba vacía, igual que su corazón.

✧✦✧

GANGNEUNG.

Era 31 de diciembre, toda la casa Lee hervía en movimiento, todo era un reloj muy bien aceitado por la señora Lee para que la fiesta de fin de año resultara todo un exito. Las jóvenes estaban acomodando los presentes sobre una gran mesa, cuando escucharon que la puerta principal se abría, un señor canoso y de gran bigote entró, y detrás de él apareció un joven pelirrojo de buen ver. Yuna gritó al verlos y se lanzó a abrazarlos.

—¡Papá! ¡Kai! ¡Qué bueno que regresaron!

—¡Niña, te extrañé muchísimo! —le dijo el hombre mayor abrazándola y dándole un beso en la frente, para después abrazar a su esposa, mientras Yuna abrazaba al joven pelirrojo.

Los Park y los Lee contemplaron la escena del amor de una familia, hasta que ambas parejas se dieron un breve beso en los labios. La señora Park casi se desmaya, el señor Park tosió, Jimin se puso de mil colores y los Lee... Al parecer estaban acostumbrados y solo miraron hacia otro lado.

—Señores Park —tomó la palabra la señora Lee.

—Les presento a mi esposo, el señor Lee Raewon y él es el prometido de mi hija, el señor Huening Kai. Ellos estaban en Australia, por noticias de sus familiares en Francia.

Los dos hombres saludaron con la reverencia correspondiente, y habló el mayor de ellos.

—Sean bienvenidos a nuestra humilde casa, y la invitación no solo es para que pasen el año nuevo aquí, sino todo el tiempo que gusten.

—Se lo agradezco, eñor Lee —habló él—. Su esposa ha sido una anfitriona estupenda, y espero que las noticias de su familia sean positivas.

—Afortunadamente, las noticias no nos dieron malas nuevas —respondió Kai dando confort a todos los presentes.

La mañana siguió con las anécdotas de los caballeros, mientras que las damas proseguían con los preparativos de la fiesta.

Los tres muchachos se encontraban en la habitación de Yuna dándole los últimos toques a su arreglo personal, obviamente, Yuna dirigía la orquesta.

—¡Mira Jimin, a ti te voy a prestar este arete para que enmarque tu linda carita, y a ti Jisung este collar de oro te quedara divino!

—¡Yuna! Nos has colmado de atenciones, ¿no crees que ya deberías de ver por ti misma? Todavía tienes la bata de baño.

—No hasta que vea como van a caminar enfrente de todos.

—¿Qué tan importante es cómo caminamos?

—Quiero ver —dijo dirigiéndose hasta un extremo del cuarto.

Jimin y Jisung caminaron hacia ella, como lo hacían siempre, Jimin con la espalda derecha, rígido como un palo y Jisung medio jorobado.

—¡No, chicos, así no! —les dijo tratando de no perder la paciencia—. De nada sirve la percha si no lo saben lucir, ¡mírenme!

Y aún con la bata de baño, Yuna se mostraba segura y coqueta, sin perder la elegancia.

—¡Nunca seremos como tú! —sentenció Jisung.

—¡Pues no estoy pidiendo que lo sean! Son chicos, sean ustedes mismos... ¡Bien! Jisung no camines mirando el piso, endereza esa espalda... imagínate que eres la única persona capaz de enseñarle al mundo lo importante que es conservar un "incunable".

Al parecer Yuna dio en el blanco, porque Jisung empezó con una soltura que no había demostrado antes, y un brillo en los ojos que no habían visto.

—¿Qué me dices si piensas en Minho? —soltó de pronto Yuna.

Jisung perdió un poco la compostura, pero la recuperó pronto, más Jimin habló sin saber si era su voz la que se oía en esa habitación.

—¿Y qué me dices de Jeon Jungkook?

El ambiente se tensó, los dos muchachos solo se miraban desafiantes, y Yuna por primera vez no sabía qué hacer.

—Bueno, creo que... ¿Por qué no van a la sala con sus padres mientras yo me arreglo?

Los dos jóvenes salieron con una distancia prudente una de la otra dejando a Yuna con la boca abierta.

Cuando Jimin y Jisung entraron a la sala, sus padres los miraron de arriba abajo.

—Bueno, es un estilo un poco atrevido para chicos de su estatus, pero te ves hermoso, hijo — dijo la señora Lee abrazando a Jisung.

—La verdad, un padre nunca está preparado para ver a su hijo con todos esos cambios —externó el señor Park con una sonrisa de medio lado, que se le borró al ver a su esposa con cara de pocos amigos.

—¡Pero Jimin! ¿Qué clase de ropita es esa? —dijo la señora Park tratando de murmurar, para que los demás no se dieran cuenta en su desacuerdo.

—Madre, ¿no crees que con esta ropa atraeré al mejor partido que andas buscando para mí? —le contestó murmurando también y la señora Park ya no supo que decir porque el señor Lee invitó a todos a pasar al comedor.

Fue lo mejor para Jimin, porque después de analizar lo que le había contestado a su madre, su corazón latía a todo galope.

—¿Qué me está pasando? ¿En qué clase de hijo me estoy convirtiendo? ¡Le falté el respeto a mi madre!

Mientras todos se dirigían al comedor, el elogio de Minho no se hizo esperar.

—¡Estás realmente hermoso, Jimin!

—Gracias.

Minho tenía toda su atención en Jimin cuando giró la cabeza y se puso pálido, Jimin volteó a ver que fue lo que le impresionó tanto y junto con Minho vieron pasar con la cabeza muy en alto a Jisung.

—Por lo visto Minho también quedó impresionado con Jisung —Jimin no supo que pensar ni que sentir, la atención de Minho que había acaparado las últimas semanas se tambaleaba. No sabía si sentirse aliviado o celoso.

Terminando la cena, todos se reunieron en la sala para abrir sus regalos, cuando terminaron, el señor Lee pidió la atención de todos.

—Señores, ahora mi familia los invita a que vayamos a la playa, que mejor lugar para recibir la luz del primer día del año.

Todos salieron gustosos hacia la playa, cuando llegaron se quitaron los zapatos y se sentaron para observar tan mágico suceso.

—Es hora de pedir un deseo —dijo Yuna al observar un pequeño rayo de luz tratando de asomarse en el horizonte.

—¡Mi deseo es que mis negocios sigan prosperando! —gritó el señor Lee.

—¡Mi deseo es seguir contando con mis nuevos amigos! —se atrevió a gritar el señor Park ante la cara asustada de su esposa.

—¡Mi deseo es poder casarme con Yuna! —exclamó sin tapujos Kai, el novio de Yuna, que se volteó a mirarlo con infinita ternura.

Jimin se paró y encaró la brisa marina.

—¡Mi deseo es renacer! ¡Quiero ser un chico sin miedos y sin dolor en el corazón!

Los padres de Jimin se abrazaron al escuchar su petición, su sufrimiento los había unido más que nunca y así, nació un nuevo año.

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